domingo, 24 de octubre de 2010

Crescendo

Las farolas se van encendiendo, como orquesta el eco de decenas de coches marchando por la autopista. Se camina con ganas, la mente en blanco. Las manos en los bolsillos para evitar un poco el frío que se va acumulando.

Y me paro.

Demasiado tiempo en la sombra, me dijeron. ¿Y para qué? Esa estrella comienza a brillar con una enorme intensidad. Si, ando entre sombras, y siempre lo haré. Eso no va a quitar que siga caminando cuesta arriba en busca del horizonte. Puede que no evite el sentirme solo, que se le va a hacer. Tengo que seguir...

Miro el reloj y los grillos cantan. El aire gélido me acompaña a lo largo del asfalto.

Una parada en el camino. Una gasolinera, con muchos viajeros descansando, al igual que yo. Cada uno se guarda su propia sombra, pero se lee en sus miradas el rumbo que han tomado y el dolor que están obligados a soportar.

Entro en el bar, pillo algo de calor y me tomo un café. Reuno fuerzas y echo un vistazo. Todo el mundo se centra en lo suyo, algunos están acompañados y charlan. Otros simplemente leen el periódico o permanecen en silencio. No soporto a la muchedumbre y salgo de allí con rapidez. De nuevo en la oscuridad, sigo mi rumbo, pasando junto a un grupo de fumadores.

Me paro cerca de la salida de la gasolinera, justo en el límite entre las luces y las sombras de la inmensidad. Noto varias manos palmeándome la espalda. Cierro los ojos y bostezo. "Qué remedio. Habrá que continuar".

Algún día regresaré a esta gasolinera. Pero ese día no sentiré tanto frío ni tanto silencio. ¿Cosas del destino? Ni de coña...No hay destino que valga aquí.

2 comentarios:

  1. "Se camina con ganas, la mente en blanco".

    Te guardo la frase y la repito tal y como llevo mi fin de semana.

    "La mente en blanco, resguardado sin caminar y sin ganas".

    Te veo pronto si me recupero de lo que cojones tenga.

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  2. Hmmm...hablas d enfermedad o bajona? xDDD

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