miércoles, 24 de noviembre de 2010

Páramo

Desierto de sal y granizo azul. Un raquítico árbol, una garra que emerge del suelo, se impone cómo único residente. Dos hombres se reunen cerca suya. Uno de ellos, vestido de negro, se rie. El otro, vestido de tonos esmeraldas, observa con desdén a su acompañante. El hombre azabache se sienta en la arena blanca de espaldas al árbol. Levanta la mirada y cierra los ojos ante la llegada de una gélida brisa y un suave olor a lavanda venidos de oriente.


Hombre esmeralda: Pensaba que vendrían los demás.

Hombre azabache: Iluso, tal que siempre.

Esmeralda: No me apetece estar solo contigo, precisamente contigo.

Azabache: Ah, pero esa nos ha tocado. Eres débil. Te aplastaría. Pero si lo hago no tendría a nadie con quien parlamentar...

Esmeralda: Grata suerte la de servidor.

Azabache: ¿Nada más? ¿No vas a responder ni un poco?

Esmeralda: Deja tus artimañas para Rojo o para Dorado. No me digas acaso que pretendes ofuscarme con provocaciones banales.

Azabache: Claro. Desde luego, tu eres el más aburrido.

Esmeralda: No estamos aqui para divertirte. Estamos aqui para destruirte.

Azabache: (Riendo) No podéis destruirme. Todos somos uno. Y no lo compares con aplastarte, que no es lo mismo.

Esmeralda: Te teñiremos y desaparecerás.

Azabache: Nunca. Soy lo que no desaparece, soy lo que siempre permanece mientras vosotros os alternais roles. Me alimento de la esencia pura de la existencia, soy instinto, soy negatividad. Nunca desapareceré, ¿sabes por qué?

Esmeralda: Sorpréndeme.

Azabache: Porque crezco a la par que lo positivo, crezco porque crece lo bueno, porque crece el miedo a perderlo. Soy consecuencia de todo lo que se obtiene, de todo lo que se desea. Nazco de la obsesión y soy necesario. Sin mi no se madura, no se aprende, no se activa el ingenio.

Esmeralda: Eres perverso. El mundo estaría mejor sin tí.

Azabache: (Sarcástico) ¿Tu crees?

Esmeralda: (Duda)

Azabache: Sin mí, los demás se aprovecharían, los fuertes se impondrían, los engaños vencerían. El negro tiñe la soledad y la endurece, la hace soportable, ¡te mantiene con vida! ¡Si por mi fuera, solo estaríamos Rojo, Azul y yo!

Esmeralda: La pasión, la razón y la maldad.

Azabache: No haces falta, iluso. Eres un bulto nacido de la debilidad. Vives en la mentira, no eres capaz de aceptar que vivimos en un mundo evidente y decoras y complicas y te emocionas y no llegas a nada. Nos retrasas. A ti tendríamos que teñirte, un verde oscuro...Sí, estaría bien. (Sonrie con los ojos muy abiertos)

Esmeralda: Eres el único que piensa así.

Azabache: Y menos mal. No haría falta de lo contrario.

Esmeralda: Es curioso que mencionaras a Rojo y a Azul.

Azabache: ¿Y qué?

Esmeralda: Son los únicos que dudan de acabar contigo.

Azabache: Que equivocado. Que iluso y que niño eres. Dorado y magenta dudan, hasta el mismísimo y puro Blanco duda.

Esmeralda: Pero, eso no puede ser.

Azabache: Va siendo hora de que te cuente que hacemos aquí tú y yo solos. Podría habértelo dicho antes pero ahora me divertiría menos.

Esmeralda: ¡Serás! ¿Qué me ocultas?

Azabache: Tranquilo, que te pareces a Rojo. No es para tanto. Tómatelo como una nominación. El resto del equipo está barajando en estos momentos la idea de acabar contigo.

Esmeralda: ¡Mientes!

Azabache: No, claro que no. El dorado de la ambición no es nada sin mi. El rojo de la pasión y la ira, ¡no arderían sin mi!. El azul de la razón, no podría mantenerse frío y calculador sin mi. El magenta del amor no tendría fuerzas para luchar sin mi. El Blanco de la bondad no podría luchar si me desconoce. Soy necesario, porque ignorarme es caer rendido ante mi voluntad.

Esmeralda: (Silencio)

Azabache: Pero tú, verde de la felicidad, ¡tu huyes de mi! Por eso fracasas siempre. Por eso te quedas en anhelo y no logras nada más. Por eso eres efímero y te dedicas a dar altibajos todo el tiempo, confundiendo y entorpeciendo. Esta es la última oportunidad. ¡Acéptame! ¡Acepta que la maldad domina el mundo y no se puede evitar! ¡Acepta que hay que conocerme para luchar contra mi! Tú, gusano repulsivo, que dominas a los niños y los embriagas, los malcria y los engorda de sueños fáciles, que los infla de la esperanza de vivir sin necesidad de esforzarse. Tú, alimaña, que permites que la corrupción aflore en los bolsillos y que sea deseable pisar a los débiles. Solo quieres placer en un mundo que no es tuyo únicamente. Eres egoismo, eres un llorica que protesta porque te quitan tus juguetes y corre en busca de que te solucionen los problemas. Solo quieres fiesta y presumir y exhibirte como quien consigue sin merecérselo.

Felicidad: ¡No es cierto!

Maldad: Claro que sí. Por eso vamos a teñirte y convertirte en otra cosa. Vas a dejar de ser un símbolo, te vamos a trocear y te vamos a comer entre todos. Vas a formar parte de mí. ¿No ves la garra, a punto de cerrarse sobre tí? Vas a dejar de ser importante. A partir de ahora, te tendremos controlada. Se acabó tanto absurdo.

2 comentarios:

  1. Tío...cada vez me mola más lo que escribes. Te lo he dicho alguna vez?

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  2. Jajaja se agradece recordarlo, asi me animo a seguir cn mis experimentos!!! ;) El día que tú y yo escribamos algo entre ambos, que tiemble Rowling!! xDDD

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