lunes, 9 de septiembre de 2013

Tarot

Las ganas de escribir aqui siempre me llevan a los sentimientos del presente. Es complicado que me lleven al pasado, o que se centren en cosas que fueron pero que ya no son. 

Y eso es porque lo que valoro es lo que siento, hoy. Puede que sea un cabezota, que como tantos otros no rehúya del sufrimiento y crea que me lo merezco. Porque es parte del crecimiento, porque es parte del mismo proceso de valorar y amar. Y si sufres es por miedo a perder, o por miedo a no conseguir aquello que te da la luz y podría llenar tus días de un profundo significado. 

El sufrimiento es tiempo. Pero siempre va acompañado de otros muchos contrastes. Somos todo aquello que valoramos: objetos, mascotas, familiares, amigos, personas que son mas que amigos aunque no haya palabra que os defina...Y es complicado, a veces, llegar a creer que soy algo separado de todo eso, no creer que soy el resultado de la suma de todo lo que me importa. Y hablo de cosas que no desaparecen de un día para otro. Hablo de ese tic innato que en la cabeza te dice: esto puede ser para siempre. 

Y hoy, siento que hay cosas que quiero que sean para siempre. Esas cosas que consiguen que el sufrimiento quede atrás, que lo compensan, y llegan a decirme cada vez que me levanto de la cama: No estoy solo, y tengo suerte.

Aunque a veces quiera vivir en una dimensión paralela en la que cambien unicamente un par de cosas trascendentes. Aunque exista dentro de mi dormida una parcela eterna que no se rinde por mucho que los demás digan que lo haga. 

Dentro de un año levantaré las cartas. Ya veremos que dicen.

viernes, 19 de julio de 2013

Y el tiempo pasa...

Uno no se para a pensar en la complejidad del mundo a menos que se siente a reflexionar y caiga en la cuenta de que, en otro lugar al mismo tiempo, otra persona puede estar haciendo lo mismo: con sus problemas, sus alegrías y penas específicas.

Luego añades a la ecuación el hecho de que conoces a esa persona. En algún momento lees algo que escribe, ya sea por el muro de facebook, twitter, o donde sea, y si no estas acostumbrado a entrar en ese "universo especial" (o la persona no suele escribir cada dos por tres), puedes llegar a pararte un momento, leer lo que quiere expresar, y hasta sonreir, recordar momentos, alegrarte por las cosas buenas que cuenta. Y olvidar por unos instantes cualquier chorrada que te haga sentir mal. 

No hace falta responder a su escrito. El concepto sagrado toma fuerza dentro de mí. Un concepto que expresado en palabras suena vano, pobre, vacío incluso: "espero que todo te vaya bien en la vida". Toma fuerza cuando lo lanzas, en forma de promesa, de deseo, y esperas que se cumpla, con el mero interés empático de esperar que alguíen logre alcanzar la felicidad. 

Considero que es uno de los deseos más sanos a la que tu alma puede aspirar. Y a veces lo recuerdo, y lo practico. Y en esos momentos odio a esa persona que se pasa el día y las horas criticando, pensando en sí mismo, incapaz de alegrarse por otros. 

En esos momentos odio a la persona que suelo ser. 

Y el tiempo pasa...Las personas que conociste se alejan irremediablemente, viven sus vidas. Y un día te acuerdas de ellos, aunque sean unos minutos. También te recordarán a ti alguna vez, o quizás no. Depende de lo que cada uno haya significado, por supuesto. 

El tiempo pasa, y me imagino...lo que he sido yo para otros. Y entiendo que para mucha gente sólo he sido alguien poco interesado en ellos, en escuchar lo que tienen que decir o mostrar cierta empatía. 

Y al igual que apenas dedico tiempo a aquellos que no se interesaron por mí, dudo que estos piensen en mí. Es lógico.


Lo importante es dejar esa huella, esa identidad que irradias con tu forma de ser, y que consigue que otros, aunque te conozcan de hace unos minutos, digan en silencio y cuando están a solas, y de corazón: "Espero que todo te vaya bien en la vida". 


Sólo con este tipo de detalles, tu existencia cobra sentido. 



Y el tiempo pasa...Viajas lejos, cambias de aires. Y por suerte sabes que cuentas con muchas personas que te desean lo mejor. 


Llevaba bastante tiempo sin sentir la fluidez de ponerme en esa situación. Hoy le he deseado lo mejor a otra persona. El mundo sigue y comprendo cuantas cosas influyen en una acción interior. 




Lo puede cambiar todo.

viernes, 21 de junio de 2013

Mitos

Intento...me esfuerzo, me esfuerzo en sintonizar con cierto ideal cultural sobre los rasgos más característicos de una persona adulta. Madura. 

Pero luego rechina el mundo y el aire a tus espaldas. Recuerdas que estas características son ilusiones cuando hablas del ser humano. 

Sentimientos que alcanzan infinitos cielos de colores que nunca hemos percibido. Las cosas son como son; unos se sobreponen, otros se hunden en un abismo cobarde de depresión y engaño. 

Al final, ¿cual es el mito? La razón acaba existiendo como mucho en las palabras. La bendita ciencia, definida por la capacidad de probar que algo es cierto, es un camino harto complicado para los que prefieren cualquier resumen sobre las verdades del Mundo, asumir lo básico, y gastar el resto en estímulos emocionales. 

El placer de un rato, la imagen y las apariencias, el ego y los vicios ocupan ese gran porcentaje (que no pienso representar a falta de un estudio verdaderamente científico) de tiempo dentro de las percepciones de una raza cuyos objetivos a corto plazo -o individuales a todos los plazos- son prioridad. 

No se nos puede echar en cara, en el fondo. ¿Como luchar por la perfección y el progreso de una raza conflictiva y emocional, que vive el momento? Demasiada fe ciega hay que llevar encima, o mucha droga en las venas. 

El mito alumbra unas pocas verdades sencillas. Cada uno que crea lo que quiera, este maravilloso reino de tinieblas nunca ofrecerá una guía sobre que camino tomar. Menos mal, por supuesto, ya nada tendría gracia. Sobre todo para aquellos que prefieren llorar para sentirse vivos.