sábado, 15 de febrero de 2014

Vuelta de hoja

Mi mundo se desarma. Lo que creía ya parece obsoleto. La realidad sólo contiene confusión, y el aire está cargado de ondas zigzagueantes, cargadas de miles de fragancias que embriagan. Que me desestabilizan, que me arrollan. 

A día de hoy los bloques están dispersos. Mis verdades se han hundido en un gélido lago de agua cristalina. Vivo en el caos, intentando recuperar ese mínimo orden que atesoraba, al que me aferraba sin saberlo siquiera. Pero no puedo, resbala. Y caigo, y me hundo, y sonrío entre las sombras...

Sólo veo ruinas. Por todas partes, vaya donde vaya. No hay principios, no hay morales, no hay leyes, no hay teoría, no hay progresión, no hay tempo, no hay música. 

Ruido. Y miedo de abrir los ojos, de conocer esta nueva realidad que ya me ha engullido. Y miedo de mirarme en el espejo sin reconocerme. Miedo de no saber ya que soy, ni recordar que fuí.

¿Dónde quedó la lógica? ¿Dónde quedaron mis convicciones? ¿Qué ha sido de mí?


El mundo ha sufrido un giro. Ahora tengo que empezar de cero.

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