miércoles, 6 de abril de 2011

Polillas de papel

Es curioso como nos comportamos. Decimos cosas que no sentimos, le quitamos importancia a todo aquello que nos importa, abrimos numerosos frentes en busca de algo especial...algo que no sabemos cómo encontrar.

Voy flotando de noche en mitad de un océano poco agitado, y alrededor mío revolotean polillas de papel. Pequeñas luces verdes flotan en el aire, pícaras risas resuenan en el agua...Mi musa ha perdido su aspecto, ha vuelto ha convertirse en un lienzo facilmente moldeable con deseos y recuerdos. Quizá por eso descanso en paz y me dejo llevar por la leve corriente, atrapando polillas de papel y escribiendo suaves trazos de tinta y tiza gris sobre ellas, intentando darle forma a mis pensamientos, a las realidades que imagino y quisiera convertir en reales, en eternas, y compartirlas con el resto de luces perdidas en este océano. Luces, almas que juegan a saberlo todo cuando no saben nada. Almas que no saben como cantar sin temor al error, que confunden el camino y lloran, tiemblan porque anhelan algo tan humilde como vivir en paz.

Escribo interrogantes, unos tras otros, y pocos son sobre mí. Analizo los comportamientos, las palabras, las miradas...no puedo evitar otorgarles significados, no puedo evitar querer saber que sienten los otros. Alcanzar la esencia y plasmarla, se dice que es el tormento de los artistas. Pero yo no soy ningún artista, soy humano y no necesito ser nada más.

¿Sabes que me imagino? Un día con sol, en un paisaje conocido, los ojos cerrados y una sonrisa. Escuchar a los amigos cerca y notar la brisa en la cara. Y todo el sufrimiento se difumina en un sueño lejano.

A veces, creo que es mejor aprender a disfrutar de los pequeños detalles...Es la única forma de aprovechar bien el tiempo.

Y ahora me acerco a una orilla de sal, paro y abro lentamente los ojos. Y entonces tengo claro que no quiero realidades inventadas, lo que quiero es buscar verdades que se amolden a lo que necesito. Por suerte, no necesito inmensos palacios, y dudo que nadie lo haga...

Lo que pasa es que muchos aún no se han dado cuenta.

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