domingo, 7 de agosto de 2011

Anhedonia

Desde ahora, y mirando atrás, creo que tengo el fatídico don de equivocarme en ciertas decisiones puntuales. Sobre todo en las que se echan a cara o cruz...

Preguntas de exámenes que se fallan, caminos que no llevan a ninguna parte, acciones que llevo a cabo y que por una razón u otra me pasan factura, y a veces llegando a repetirlas sin darme cuenta. Y no es cuestión de darle eternas vueltas a la cabeza o de actuar por impulsos. Simplemente a veces no soy consciente de cual puede ser el resultado de mis actos.

Precisamente de esto pecamos continuamente. Actuar casi automaticamente sin realizar un balance previo, no prever los pros y los contras.

Despistes, lapsus, la apetencía pura...actuar sin pensar demasiado. A mi me ocurre sobre todo por la noche, cuando pretendo pensar menos para dejar entrar al sueño por la puerta. Y cuando este no viene, hago cosas como ponerme a leer.

Pero al sueño no le vienen bien cosas como leer novelas de niños-asesinos que atacan por las noches.

Y aqui me hallo, en el preludio de otro viaje, incapaz de conciliar el sueño por haber escuchado un ruido parecido a una pelota cayendo.

Y así he empezado a darle vueltas al tema del insomnio. A que hace ya más de un año que soy incapaz de dormir bien por las noches y de descansar correctamente, y que eso me pasa factura en la vida cotidiana.

Me pregunto si eso causa la anhedonia. O si es una de las causas.

La verdad es que es extraño ponerle nombre a tus propios síntomas, a ciertas irregularidades que sufres en momentos determinados. Este síntoma en particular lleva ya demasiado tiempo rondando entre mis venas...

No es constante. Es más bien un lejano susurro que acaricia cada rincón de mi realidad. La envuelve, y la atenaza. Y lo más gracioso es que afecta a todo lo que hago. Y entra el miedo. Miedo a que desmorone todo lo que un día costó conseguir, todo lo que en el fondo se considera importante.

Un día, hace poco, alguien me dijo que era demasiado egoista y que era incapaz de reaccionar hacia los demás. En parte, y actualmente hablando, tiene razón. Me cuesta reaccionar hacia los demás. Pero no es por egoismo. Es lo más normal del mundo...cuando no te sientes bien.

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Ahora que caigo, realmente fue el ruido de una pelota cayendo. ¿Por qué bota una pelota en el patio a las cuatro de la madrugada?

2 comentarios:

  1. Quizás fuera el reflejo de algún aliciente... Te gusta el basket? Prueba. Descubre. Habrá algo que te estimule... Algo que consiga devolverte ese interés y satisfacción por las cosas. ぶえん びあへ (Buen viaje) ;)

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