jueves, 4 de agosto de 2011

El origen del Mal. Jean - Christophe Grangé

- ¿Qué hace usted para vivir...aquí adentro?

- Soy un ser humano y vivo entre seres humanos. Así de simple.

- No le entiendo.

Bokobza se dio la vuelta y sonrió, fatigado.

- En la otra sala podría mostrarle una película edificante en la que se ve a unos israelíes machacando a pedradas los miembros de un adolescente palestino. El odio es el don mejor repartido.

-Sigo sin comprenderle.

El investigador cruzó los brazos. Su sonrisa seguía allí, como suspendida en el aire. Parecía una gota helada en la punta de una estalactita. Mientras esa gota se mantuviera así, en equilibrio, cualquiera habría creido que era una sonrisa viva, feliz, resplandeciente. Pero cuando la gota se separaba y se estrellaba contra el suelo, revelaba su verdadera naturaleza: era una lágrima.

- Lo triste -concluyó Bokobza- no es solo que el nazismo haya existido, que haya contaminado a un pueblo entero y provocado la muerte de millones de personas. Ni que esa monstruosidad persista aún hoy por todas partes en nuestro planeta. Lo más triste, en verdad, es que haya tanto odio en el fondo de cada uno de nosotros. Sin excepción.

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