lunes, 2 de mayo de 2011

Lugares en los que todo puede ocurrir

No cierres los ojos y mira afuera. ¿Te das cuenta de todo lo que te influye lo que ves?

Evitas la comparación con los otros, pero los sentimientos se reflejan, rebotan y te impactan de lleno. Te golpean en los puntos débiles, en las carencias.

Lo malo se traduce en empatía, en acercamiento, entendimiento. A veces esto incluso hace que te sientas mejor...

Lo bueno a veces no se traduce en alegría, sino en tóxica envidia.

Ahora cierras los ojos e intentas diluir esa toxicidad. Buscar un lugar dónde todo pueda ocurrir...

Para el carro...Porque vuelves a abrir los ojos.

Eliminas las impurezas y puedes volverte hacia los demás y ofrecerles lo que esperan de tí.

Pero en el fondo sigues mal...Y no quieres que lo sepan.

Lugares en los que todo puede ocurrir...Existen.

Este fin de semana me he encontrado con uno. Voy a seguir buscándolos.

Quizá llegue un momento, un momento en el que todo pueda ocurrir.



Al final es obvio...Mientras la luz nos envuelva, la devolveremos.

Pero si la luz escasea, no te queda mucha ni para tí mismo.

Va siendo hora de abrir las ventanas, ruiseñor.

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